Se aprobó el aumento del boleto en Mar del Plata gracias a la presión de
un grupo de empresarios y empleados que iban a dejar a la ciudad sin transporte
público.
El aumento se dio, es sabido, pero lo que no se hizo es dar tiempo a la
población para procesarlo.
Si bien eso no es la primera vez que sucede, el hecho que no den tiempo
al ciudadano a que adapte el bolsillo para poder transportarse es una falta de
respeto total. Dar una semana, quince días como mínimo, para que la gente sepa,
se actualice y pueda registrar que va a gastar más dinero para poder viajar en
un transporte deficiente.
Hace unos años fue aún peor el problema, puesto que, si haberse aprobado
el aumento del boleto, a altas horas de la madrugada, ya los colectiveros
estaban cobrando el precio que no se había actualizado, obviamente con el
complot del empresario y la vista gorda del ejecutivo saliente.
A todo esto los concejales brillan por su ausencia, quizá sea porque no
es época de elecciones y nadie perderá su banca, pero la mayoría del Concejo
Deliberante votó a favor del aumento y ya están cobrando un boleto que no
refleja lo que vale.
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