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viernes, 4 de marzo de 2016

¿ALGUIEN ME VENDE UN BOLETO?


Vivencias cotidianas con las que se enfrentan los usuarios de colectivos en la ciudad de Mar del Plata.

En esta hermosa ciudad con playas, sierras y teatros se encuentra una modalidad de acceder al transporte público de pasajero, la Tarjeta Recargable, un plástico magnético que el usuario debe obtener para poder trasladarse dentro de la urbe.

La manera de obtener la ansiada tarjeta es comprándola en los negocios habilitados para tal fin, el usuario del transporte se dirige al comercio donde entrega el pasaporte con el dinero e indica al comerciante el monto a cargar en la misma. Algo que sería práctico si conseguir un negocio habilitado para tal fin no fuera una verdadera odisea. Por alguna razón, la cual nunca es muy clara, no hay suficientes negocios que puedan cargar tarjetas de colectivos, esto se complica aún más cuando llega el horario el nocturno y ni hablar del fin de semana.

Todo esto hace que al trasladarse uno en el transporte público encuentre siempre la misma melodía de fondo “¿Alguien tiene un boleto para venderme?”, ya sea porque no encontró un comercio abierto o habilitado, o porque creía que la tarjeta estaba cargada, o simplemente se olvidó de que esta no tenía crédito. Por suerte, siempre hay un buen samaritano que presta su pasaporte para que la persona que ruega poder llegar a destino pueda viajar en transporte público.

Mientras tanto hay tantos problemas en la ciudad que ni a los legisladores, ni al ejecutivo le toman como importancia o siquiera urgente la cotidianeidad del marplatense.