Vivencias cotidianas con las que se enfrentan los usuarios
de colectivos en la ciudad de Mar del Plata.
En esta hermosa ciudad con playas, sierras y teatros se
encuentra una modalidad de acceder al transporte público de pasajero, la
Tarjeta Recargable, un plástico magnético que el usuario debe obtener para
poder trasladarse dentro de la urbe.
La manera de obtener la ansiada tarjeta es comprándola en
los negocios habilitados para tal fin, el usuario del transporte se dirige al
comercio donde entrega el pasaporte con el dinero e indica al comerciante el
monto a cargar en la misma. Algo que sería práctico si conseguir un negocio
habilitado para tal fin no fuera una verdadera odisea. Por alguna razón, la
cual nunca es muy clara, no hay suficientes negocios que puedan cargar tarjetas
de colectivos, esto se complica aún más cuando llega el horario el nocturno y
ni hablar del fin de semana.
Todo esto hace que al trasladarse uno en el transporte
público encuentre siempre la misma melodía de fondo “¿Alguien tiene un boleto
para venderme?”, ya sea porque no encontró un comercio abierto o habilitado, o
porque creía que la tarjeta estaba cargada, o simplemente se olvidó de que esta
no tenía crédito. Por suerte, siempre hay un buen samaritano que presta su pasaporte
para que la persona que ruega poder llegar a destino pueda viajar en transporte
público.
Mientras tanto hay tantos problemas en la ciudad que ni a
los legisladores, ni al ejecutivo le toman como importancia o siquiera urgente
la cotidianeidad del marplatense.
Buen "comentario", pero muy suave...
ResponderEliminarPodrían "dar crédito negativo" como la SUBE. Pero andá a que la UTE te fíe...
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